Qué quiere que le diga ... Yo no veo la televisión

Ya hace años, si señor. La verdad es que nunca quise comprar un televisor, también es cierto que el temor a sentirme aislado me obligo a hacerlo. Mal menor, nunca lo usé de forma abundante. Ahora, amigo mío, las cosas han cambiado, puedo ir al cine, alquilar un DVD, leer libros, pero sobre todo puedo pasarme horas enteras en Internet. Puedo elegir libremente mi perfil de perversión, no necesito que nadie me lo imponga. Soy más libre que nunca; es agradable, reconfortante.

Una gaviota Juan, (o Pepe que más da) que indaga, se pregunta, contacta, opina. El mundo a mis pies, redondo, enlazado por su principio y fin, sin fronteras; accesible, atento, maestro, canalla.

Pues si señor, no veo la televisión. Me molesta ver personajillos de probeta, surgidos de su grotesca "nada", me molesta no encontrar regocijo intelectual, o lo que es peor encontrarlo a horarios imposibles, como si la verdad estuviese apestada. Porque la verdad, se encuentra en el conocimiento, y el conocimiento en el esfuerzo, el esfuerzo en la voluntad, y esta en la individualidad. Y aquí la gran amenaza que planea como cuervo negro, la negación del individuo.

Quiero, (y digo "quiero") negarme a derramar mis lágrimas frente a dramas personales que se justifican y alientan al otro lado de la pantalla, me niego a presenciar espectáculos grises que no respetan lo esencial.

¿Qué quiere que le diga? Ahora el divorcio está de moda, yo hace muchos años que me divorcié, pero de ese medio que quiere hacer de mi lo que nunca quise ser.

Un saludo,

AR



Pero claro, lo siento, todo apunta a lo mismo:

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http://www.libertaddigital.com/./noticias/noticia_1276233162.html

http://www.libertaddigital.com/./noticias/noticia_1276233207.html

http://www.libertaddigital.com/./noticias/noticia_1276233193.html